ADIÓS AL PAÍS MULTICOLOR
Ana Torroja - A Contratiempo
Los días pasan, las horas escapan y los suspiros huyen de nuestros pulmones. Todo o nada. Un fluir que no discurre y una soledad que se siente solitaria. Existen sensaciones de colores y colores de pensamientos, pero siempre queda uno por encima de los demás: el gris. En estos días de cielos grises, de texturas grises y de karmas oscuros es inevitable dejar que tu ánimo roce el mundo de las hormigas. Es entonces cuando parece que uno deja de vivir, que el instinto te conduce hacia donde él quiere y pierdes el control absoluto de tu mente.
Son días de escarnio público, de envidias, de rencillas, de rencores no olvidados y de maldades enfrentadas.
Pero ahora yo tengo uno que me salva de todo eso. Pues sí, tú lo sabes y yo lo sé. Tengo uno y ese uno sólo es algo entre tú y yo.
Ahora las sensaciones, las ideas, los pensamientos, las libertades, las independencias y lo más importante, tu sabiduría que compartes conmigo, me ayudan a estar por encima de las incongruencias, de la ilógica y de los enrevesamientos de las personas que nos rodean.
Sólo para acabar este post y para seguir con la filosofía pesimista con la que empezó este blog os diré que una persona más ha descubierto que la vida no es bella y que las falsas ilusiones terminan siendo grandes mentiras. ¿Os acordáis de la música de la abeja maya? Pues bien, el compositor checo que la compuso se suicidó el domingo. Parece que no existen los países multicolores. Menos mal que yo ya lo sé, lo siento por los que no. Continuará...
Los días pasan, las horas escapan y los suspiros huyen de nuestros pulmones. Todo o nada. Un fluir que no discurre y una soledad que se siente solitaria. Existen sensaciones de colores y colores de pensamientos, pero siempre queda uno por encima de los demás: el gris. En estos días de cielos grises, de texturas grises y de karmas oscuros es inevitable dejar que tu ánimo roce el mundo de las hormigas. Es entonces cuando parece que uno deja de vivir, que el instinto te conduce hacia donde él quiere y pierdes el control absoluto de tu mente.
Son días de escarnio público, de envidias, de rencillas, de rencores no olvidados y de maldades enfrentadas.
Pero ahora yo tengo uno que me salva de todo eso. Pues sí, tú lo sabes y yo lo sé. Tengo uno y ese uno sólo es algo entre tú y yo.
Ahora las sensaciones, las ideas, los pensamientos, las libertades, las independencias y lo más importante, tu sabiduría que compartes conmigo, me ayudan a estar por encima de las incongruencias, de la ilógica y de los enrevesamientos de las personas que nos rodean.
Sólo para acabar este post y para seguir con la filosofía pesimista con la que empezó este blog os diré que una persona más ha descubierto que la vida no es bella y que las falsas ilusiones terminan siendo grandes mentiras. ¿Os acordáis de la música de la abeja maya? Pues bien, el compositor checo que la compuso se suicidó el domingo. Parece que no existen los países multicolores. Menos mal que yo ya lo sé, lo siento por los que no. Continuará...