miércoles, diciembre 19, 2007

...Y ME SIGUEN HACIENDO CRECER


El motivo: mi cumpleaños. Cuando otra persona utiliza esa palabra carece prácticamente de significado, de importancia, pero, hoy 19, encontraría más de 28 razones para ESCRIBIR. Qué fuerte, 28. Un patito y reloj de arena empiezan como protagonistas de mi año, o al menos, así me lo dibujaron mis sobrinos el otro día en un folio, mientras me mordían, eso sí.

Desde siempre me gusta escribir. Y diréis que no lo hago mucho o que es raro dada mi extraña minusvalía lectora, pero cada día trazo mentalmente cientos de líneas difíciles de borrar. Escribía cuando era pequeño porque quería ser cartero, el hecho era comunicar a la gente entre sí, y más tarde descubrí el placer de escribir en la intimidad. Escribí para olvidar a personas, escribí para olvidar experiencias... No hay mayor desahogo que apuntar en un papel un problema. Entonces es el papel “el que tiene el problema”. Qué tontería, no? Lo hago desde hace mucho tiempo, por eso no es extraño encontrar alguna hoja digna de ‘prozac’ entre mis apuntes.

2007 y 27, 2008 y 28 siempre voy a la par, sobre todo en este decenio. Llega el recuento de las alegrías, las penas, las lecciones, los castigos, los viajes, las cañas, los trabajos, los compañeros, los amigos, la familia... llega lo que nunca se puede alcanzar: un resumen. Un recuento ‘recontado’ que no deja nunca de producirme cierta tristeza, cierta angustia temporal reflejo de la clausura de ciclos vitales, de etapas ya vividas y de nunca ya repetibles.

De estos 365 días me llevo sobre todo la tranquilidad del presente, sinónimo en mi de felicidad, de terminarlo así, rodeado de mis ilusiones, fantasías reales no provocadas por mi mente: mis Amigos de siempre, con los que pasaré más y mejores ratos este año, mi Casa gestante que estoy viendo crecer como un papi orgulloso, mi TT caprichito del diablo y tú, aún en minúsculas, pero de plata. Gracias.

Ha sido un año de tormentas intachables, aprendizajes eternos y escarmientos que menos que mencionables. Ha sido un año de palabras repetidas, frases muy manidas y verdades ajenas escondidas con turbias neblinas londinenses y cruceros a la luz de la luna. Un velo negro y sórdido cubría su piel, un halo opaco que aún con esfuerzo y aunque quisiera, nunca dejé de ver. Superado eso, nos queda el 2008, me quedan los 28. Más ingenuo, más yo mismo, más simple que antes si cabe, más confiado y más decidido a que sólo quiero ser una cosa fácil: un “cartero” feliz.

Gracias a los que estáis ahí siempre, desde hace muuuuchos años, sin vosotros nada sería igual. Somos partes del mismo puzzle. Tengo muchas cosas en la cabeza ahora mismo que me gustaría plasmar, os tengo a muchos en la cabeza... Me ilusiona mucho celebrarlo con todos vosotros y compartiros este fin de semana en una casa rural con su nieve y todo. Eso sí, estad atentos. Yo tendré todo como siempre “bajo control”.

Hacía mucho que no escribía, hacía mucho que no escuchaba los silencios. Quién sabe, quizás continuará... De momento os emplazo a contemplar mis andanzas en
www.flickr.com/lasfotosdejano Ahí estamos todos, ahí somos todos, con máscaras naturales, sin acrónimos, de transparencia y normalidad. Fotos de todos y para todos. Ese es mi regalo. Podéis subir vuestras instantáneas. Sólo tenéis que pedirme la contraseña. Mil gracias por seguirme haciendo crecer.